viernes, 12 de febrero de 2010

Me he hecho linuxero y la ¨pequeña traición asumible¨.

Pues me he puesto Línux. No ha sido por principios, ha sido por comodidad de acabar de una vez con el problema de los virus. En realidad, lo de gratis me daba igual, porque siempre he estado robándole a Vilgates el Güindows, el Office y lo que sacase al mercado. Y si se pone a tiro en persona le levanto el peluco y la cartera en un plis. Bueno, para que no me busquen las cosquillas diré que yo no se lo robaba: un amigo de un amigo, del primo segundo de mi tía la del pueblo, se lo pirateaba todo y me lo pasaba. Ocultación de delito supongo que paga menos.
La verdad es que daba gusto robarle al rico. No me confundan con Robin Hood, yo no reparto a los pobres, me lo quedo to pa mí y más que pillase. Si el Vilgates, con lo que le piratean, es de las mayores fortunas del mundo, si no le pirateasen sería un peligro público: tanto dinero compra con facilidad voluntades políticas, amansa a la justicia y arma ejércitos mercenarios. Hay que robarle al rico siempre que se pueda. Además, voy a recuperar el lenguaje de los viejos anarquistas y le llamaré ¨recuperación¨al robo al rico. Ya saben, recuperen en cuanto puedan lo que el rico ha estado robándoles.

De Línux les comentaré algo por si alguien se anima. Me he puesto Ubuntu 9.10, que es un sistema operativo de Línux como XP es de Windows. Hace un par de semanas les habría dicho que ¨Ubuntu¨, sin duda, es algún dictador africano. El funcionamiento es muy similar al Windows, en una tarde se coge el tranquillo. Yo me he criado jugando a las canicas y el primer videojuego ordenador que vi fue 2 palitos y una pelotita que se enchufaba a la pantalla de la tele cuando tenía 8 ó 9 años y se suponía que jugabas al tenis. Quiero decir: que no manejo ordenadores de nacimiento como los niños de ahora; no tiene dificultad técnica pasarse al Línux.
Inconvenientes encontrados hasta ahora: el procesador de textos que viene con Ubuntu se llama Openoffice y guarda los textos en formato ODT: sus amistades de Windows no podrán abrir esos documentos. Deben recordar siempre guardarlos como ¨doc¨, te da la opción al guardar. Esto para documentos de Word.
Los PPS, para verlos normal, has de darle a la tecla F5, si no lo haces lo ves en forma esquemática.
La @ se escribe dándole a las teclas Alt GR + 2. Es casi lo mismo pero hasta que lo descubres te vuelves majara.
El mayor inconveniente: para bajarte programas, debes especificar y encontrar que sean la versión para Línux, casi todo se hace para Windows. Bajarte un mero Acrobat Reader supone una excursión por la red.
Ventajas: adiós a los virus, a los antivirus y a los disgustos: me he cambiado porque cada vez que metía el lápiz electrónico en un sitio público como cibercafé, biblioteca, etcétera, daba casi por sentado que ordenador al técnico. Ningún antivirus del mercado detecta todos los virus. Es una batalla perdida. Yo al final estaba con el AVAST porque es gratuito y había comprobado que ni NOD 32 ni Karpesky ni puñetas: a todos se los cuelan.
Otra ventaja: todo gratis. Cuando digo todo es todo. Conociendo, que aún no conozco, hay cientos de programas para bajarte que el mismo sistema operativo te oferta.
Rapidez la misma, no he notado nada especial.
Salvo 4 detalles que se aprenden rápido, es lo mismo que Windows para un uso doméstico, y a mamal-la Vilgates.

Pequeña traición asumible.

Mientras pintaba el otro día una habitación, abstraído pensaba en lo siguiente: un viejo amigo que en la actualidad vive en otra ciudad, me había estado llamando y yo no le cogía el teléfono. Dejo dicho Bacon: ¨Vieja madera para arder, viejo vino para beber, viejos amigos en quien confiar y viejos autores para leer¨.
Pero a veces, los viejos amigos ya no nos dicen nada. Fueron parte de un contexto que ya no está y la vida nos ha llevado por caminos diferentes. Qué cuesta arriba se me hacía coger el teléfono y recibir y emitir fórmulas protocolarias vacías de sentimientos. Recordar tiempos pasados, cuando ¨pasados¨adquiere todo su significado. Pensaba en que es una traición asumible: tras varias llamadas se dará cuenta de que no lo quiero coger y se diluirá esa amistad en la historia.
Era mi estado de ánimo. Llevaba en la cabeza unos cuantos líos y se me hacía pesado, vacuo, escuchar al viejo amigo.
No hay traición, ni pequeña ni grande: hoy le he llamado. Abiertamente le he dicho: ¨Mira, disculpa pero no te cogía el teléfono porque llevaba líos en la cabeza¨. Me ha respondido riendo: ¨Algo imaginaba yo, tú siempre con líos, a ver si te haces mayor, cabronazo¨. Buen amigo, me he reído con él, recordando tiempos pasados cuando éramos más ingenuos, más buenos y los líos no nos impedían apreciar a los amigos.

No hay traición.

El Desclasado ha hablado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Caminante que por aquí recalas: si me comentas en una entrada antigua es probable que no te conteste por no ver tu comentario. Pero no por ello te prives.